ello da a entender que la abundante presencia de la palabra de Cristo en nosotros se verá en nuestra enseñanza, nuestro cántico y nuestra gratitud. O, para expresar la misma verdad en términos negativos, si nuestra vida no se caracteriza por una exhortación sabia, un canto de alabanza y un corazón agradecido, es evidente que la palabra de Cristo no está «morando» en nosotros en abundancia, por mucho tiempo que dediquemos al estudio bíblico. Sin embargo, antes de investigar estas ideas, nos llama
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